¿Origen o consecuencia? El papel de la depresión en la Fibromialgia

Judit Arrom, Rosana Huerga, Núria Marqués, Marta Mateu y Laura Romero

Abstract

La fibromialgia (FM), denominada así hasta que fue reconocida por la Organización Mundial de Salud (OMS) en 1992 como “el síndrome de fibromialgia”, se trata de una afectación que sigue siendo de origen desconocido y recoge múltiples síntomas como son las cefaleas, ansiedad, depresión, etc., además del dolor músculo-esquelético generalizado. Es un problema de salud relevante dada su alta prevalencia y morbilidad, más su elevado coste sanitario. En muchos casos, la FM puede llegar a ser una enfermedad limitante e incapacitante ya que cada afectado desarrolla síntomas de diferente intensidad variable. Los afectados perciben como su calidad de vida se ve disminuida y las soluciones, a día de hoy, son escasas y poco efectivas. Aún existen muchos inconvenientes para que sea reconocida como enfermedad invalidante y otorgar una incapacidad si fuese el caso con lo que ello representa. Algunos autores creen que los factores psicológicos pueden influir de algún modo tanto en el inicio como en el mantenimiento de la FM.
En este artículo hemos tratado varios puntos sobre la FM, recogiendo diversa información y varios estudios sobre la enfermedad para llegar a determinar si existe una relación entre la enfermedad y la depresión, ya que el dolor modifica muchas veces las emociones y formas de comportamiento de las personas con FM. La hipótesis planteada busca determinar si dicha enfermedad es causa o consecuencia derivada de la depresión.
Aunque existen estudios que describen la depresión como posible origen, llegamos a la conclusión de que éstos no son significativos; pues los estudios encontrados sobre el mantenimiento y el empeoramiento de los síntomas de la FM vienen dados por la aparición de la depresión durante el desarrollo de la enfermedad debido en gran medida por la deficiente gestión del estrés y la ansiedad generados tras el diagnóstico, la incertidumbre y el desamparo a la que se ven inmersos los afectados por el impacto que provoca la enfermedad en sí, así como el fracaso de los tratamientos para eliminar el dolor y el resto de síntomas asociados.




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