Abstract
La relación entre la nicotina
y el Alzheimer ha sido ampliamente estudiada ya que se ha demostrado que esta
sustancia es un potente agonista nicotínico que puede paliar los déficits
cognitivos característicos de esta enfermedad, mejorando algunas de sus
neuropatologías, como la excesiva acumulación de β-amiloide y la disminución de
la sinapsis colinérgica. Aunque los resultados de estudios en modelos animales
y humanos han evidenciado mejoras innegables en las funciones cognitivas,
también se ha descubierto que existen posibles efectos secundarios
perjudiciales para la salud en los tratamientos a largo plazo, como sus efectos
tóxicos o la hiperfosforilación de la proteína tau, entre otros. Por esta
razón, el objetivo de este artículo de revisión no sólo es analizar los efectos
positivos y negativos de la nicotina en el Alzheimer, sino también estudiar
diferentes tratamientos alternativos que puedan superar sus limitaciones. Por
otra parte, también se examina la controvertida relación que existe entre el
tabaco y el Alzheimer que, a pesar de que estudios anteriores señalaran que
fumar ejercía un efecto neuroprotector, estudios más actuales han demostrado
que puede constituir un factor de riesgo para el desarrollo de esta enfermedad.
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